«Que la marca lleve mi apellido genera mucho compromiso y responsabilidad” -Martín Cabrales

El vicepresidente de Cabrales S.A. dice que a lo largo de los años lo que siempre intentan mantener en sus productos son la calidad y la honestidad, los pilares que su abuelo tuvo presente durante la fundación de la empresa.

Café Cabrales no se dedica al negocio gastronómico, no tienen bares, si no que venden el café a bares. Foto: Andrea Chávez.

 

Empresario exitoso con una personalidad cálida. Martín Cabrales, con 56 años alcanzó la vicepresidencia de Cabrales S.A. Su ciudad de origen es Mar del Plata y vivió allí hasta que decidió venir a Buenos Aires a estudiar Derecho en la Universidad Católica, luego hizo un posgrado de Alta Dirección en el IAE.

Cabrales disfrutaba de ayudar a su abuelo en los locales de venta al público durante las épocas de fiestas. Ese fue su primer contacto con Café Cabrales, a los 14 años en Mar del Plata. Finalmente cuando terminó el colegio se mudó a Buenos Aires para hacer su carrera universitaria y comenzó a trabajar como vendedor en algunos bares y restoranes.

Además de ser vicepresidente de Cabrales S.A, lo es también en Bodega Norton S.A, en la Cámara Argentina de Café, en la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) y presidente en la Cámara Argentina de Té. En el 2017 alcanzó el puesto número 67 como mejor empresario de la Argentina y Cabrales S.A. el número 45 en el ranking de empresas con mejor reputación.

Detrás de esta empresa Argentina hay una gran historia familiar donde rige la fidelidad a sus principios traídos directamente de Asturias. Tiene como objetivo hacer que la marca perdure en el tiempo siguiendo los pilares de su abuelo, que son la calidad y la honestidad.

Los orígenes de Martín Cabrales

¿Por tener el apellido Cabrales sabía iba a trabajar en la empresa?

No, no sabía que mi camino iba a ser ese. Yo nací con el apellido Cabrales y la empresa ya existía. La empresa tiene 77 años y yo tengo 56, entonces para mí era muy común ver el apellido en el café pero no, no sabía que iba a trabajar en la empresa. Yo estaba entre derecho y ciencias políticas y después decidí seguir derecho porque me podía ser útil si quisiera trabajar algún día en Cabrales. Se ve que existía algo dentro de mí, porque toda la vida en la mesa familiar, en mi casa y en la de mi abuelo, se habló del tema la empresa de café. Lo tenía internalizado y bueno, así fue como empecé a trabajar, pero fue una cosa que se fue dando. Si bien es un orgullo para mí que la marca lleve mi apellido, te genera mucho compromiso y responsabilidad.

¿La carrera que decidió estudiar influyó en esto?

Si, la carrera siempre influye porque te da una formación por más que después no practiques la carrera. Yo nunca ejercí la abogacía, por ejemplo, pero me formó mentalmente. Me dio una estructura, sobretodo para estar en un directorio de una sociedad anónima. Después hice cursos de posgrado en el IAE, que depende de la Universidad Austral, hice un programa de Alta Dirección, hice distintos tipos de posgrados y distintas cosas que me sirvieron mucho. Yo creo que hay que pasar por la vida universitaria y por una carrera aunque después uno no la ejerzas porque te forma mentalmente.

“La carrera universitaria te forma mentalmente, te da una estructura”.

Consumo de café

¿Qué es lo que más le inspira dentro de la industria del café?

El café es un producto muy noble, dicen que es la segunda bebida más tomada después del agua. Lo que me inspira del café está relacionado con muchas cosas, los argentinos lo tienen muy arraigado con su cultura, con el tango, está relacionado con el arte, con la compañía, con la amistad, con la lectura. Entonces desde el punto de vista del marketing uno puede jugar o asociar el café con muchas cosas como el arte, por ejemplo, nosotros tenemos una línea que hacemos con distintos pintores que nos realizan envases, latas o tazas.

¿Quién terminará ganando la batalla entre el café y el mate?

En Argentina se consume mucho más mate que café, pero en el mundo se consume mucho más café. Yo creo que por las tendencias, por las redes sociales, por la globalización, siempre el café le va a terminar ganando al mate. Aparte cada vez se descubren más bondades del café. Hoy me llegó por redes sociales que tomar café alarga la vida, siempre dicen que es bueno para la digestión, que es un energizante natural, que mantiene alerta al cerebro, que hasta cuatro o cinco tazas de café diario es muy bueno. Entonces como el café tiene cada vez más adeptos, la juventud se acerca más. Yo creo que a la larga esa guerra, esa batalla entre el mate y el café la va a terminar ganando el café.

Debido a la nueva tendencia del take away y el delivery, ¿el consumo de café ha cambiado?

Claro, por eso uno tiene que estar viendo permanentemente, porque el que decide son ustedes, los consumidores. Entonces si no estás viendo las tendencias de consumo y no sigues al consumidor, te quedas y vas perdiendo mercado.

Hoy la globalización te exige permanentemente estar modernizándote, es un consumidor más exigente y sofisticado, por suerte. Por eso yo siempre estoy de acuerdo con las economías abiertas y no con las economías cerradas. Cuando la gente predica las economías cerradas, el que termina perdiendo somos nosotros, los consumidores, porque no tenemos dónde elegir. Y el empresario se achancha, porque no compite. La competencia nos hace crecer, por eso el estado tiene que crear las condiciones necesarias, desde el punto de vista laboral e impositivo, para tener una economía abierta y competitiva. Las economías tienen que ser abiertas con un estado no proteccionista, que sepa crear las condiciones para que exista la competencia.

M. Cabrales como vicepresidente de Cabrales S.A.

¿Cómo hacen para mantener los valores de la empresa en el momento de hacer cambios a lo largo de los años?

Siempre tenemos los mismos pilares de la empresa que se mantienen: la calidad y la honestidad. La calidad de los productos, porque el que primero detecta los cambios es el consumidor, siempre tratamos de ser fieles. Y la honestidad con nuestros proveedores, cumplir con ellos, con nuestras obligaciones de pago, con el estado, pagar nuestros impuestos y con la sociedad. Hoy en día tener una empresa es sustentable.

Mi abuelo de pronto hablaba de la calidad de los productos, pagaba bien, era honesto con sus empleados. Pero no se hablaba de la ecología en ese momento, hoy se incorporan cosas nuevas dentro de la empresa, entonces hay que modernizarse, ver las tendencias del mercado, eso es lo que vamos incorporando: lo que nos enseñó nuestro abuelo, lo que nos transmitió nuestro padre, lo que hacemos nuestra generación, que yo soy el mayor, y una cuarta nueva generación.

“Hoy la globalización te exige permanentemente estar modernizándote”.

¿Cómo hacen para que los empleados que lleven más tiempo que algunos directivos no hagan comentarios como “así no lo hacía tu abuelo…”?

Ha pasado, hay gente histórica dentro de la empresa que se moderniza y que sigue con las generaciones subsiguientes. Es bueno escuchar a las personas que están de hace años, pero el tema de acumular años en una empresa no te da derechos adquiridos, como tampoco tener el apellido del dueño. Tienes que modernizarte. Sí, hay muchas cosas que no las hago como mi abuelo, porque es lógico, los tiempos cambiaron, no hago las cosas como las hace mi padre, pero mi padre tampoco hacía las cosas como las hacía mi abuelo, también se tuvo que modernizar. Mi abuelo me diría está bien que las haga distintas, sería el primero en decírmelo.

¿Cuál ha sido el mejor recuerdo que tiene desde que entró a Cabrales?

Creo que el mejor recuerdo está por venir, yo soy optimista. Pero hoy por hoy, dentro de lo laboral estamos hablando, es en la fábrica, la compra de máquinas, inauguración de algún nuevo proyecto, ahora la inauguración del parque industrial, la nueva nave. Uno como empresario siempre quiere crecer: el que es chico quiere ser pyme, el que es pyme quiere ser grande. El empresario tiene como función crear riquezas, ser rentables, ganar plata y ser fuente de trabajo. Hoy en día hay que sacarse el mito de no poder decir “uno tiene que ganar plata”, uno puede generar riqueza y sentirse orgulloso de ser empresario. La palabra empresario me da orgullo decirla y me gusta la definición de crear riqueza.

Tengo muchos recuerdos lindos, desde lo personal. Uno es cuando jugaba a las escondidas con mis hermanos y nos escondíamos detrás de bolsas de arpillera, donde viene el café, que se apilan una encima de la otra.

Nota completa:

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